LA DANA BÍBLICA

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© Fernando Garrido, 18, XI, 2024

No hay en el idioma español palabra más sobada ni hueca, como tampoco acción menos ejecutada que la contenida en el verbo intransitivo “dimitir”. Tanto que si un marciano haciendo turismo interplanetario por España, escuchara nuestros medios de comunicación, encontraría todos los días a políticos pedir la dimisión de otros, y necesariamente entendería el asunto como la expresa confirmación en sus cargos a perpetuidad.

¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? [Quomodo potest Satanas Satanam eicere?] (San Marcos 3, 23).

Pero no hace falta ser de Marte ni un famoso evangelista para concluir que ahora, por unanimidad dogmática, el régimen sostiene que si ese presidente valenciano no se hubiese ido de comida no habría sucedido la gran catástrofe.

“Tú come a gusto que después vendrá el susto”. Sabio refrán y sabio es el gobierno español que, sabiendo y pudiéndolo todo, nada hacía ni decía, salvo la inocua obviedad.

Cuando veis asomar la nube por el poniente, enseguida decís ‘Tempestad viene’. Y así sucede [Cum videritis nubem orientem ab occasu statim dicitis: ‘Nimbus venit’. Et ita fit] (San Lucas 12, 54).

Porque si el cambio climático mata como el rayo en la tormenta, como un volcán en pompeyana erupción, un tsunami japónico, un lorquiano terremoto, así mismo también mata una ciclogénesis explosiva o esa gota fría llamada 'DANA' (depresión aislada en niveles altos). Tal como informaba previamente la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en una nota que alertaba: "La formación de una DANA, a partir del domingo dejará precipitaciones importantes en la península y Baleares”.

Y se abrieron las cataratas del cielo [Et cataractae caeli apertae sunt] (Génesis 7, 11).

No sé, pero me da a mí que aquello de echar todas las culpas a Mazón es como decir que Jesús de Nazaret fue responsable de su crucifixión por irse de última cena la noche de marras, sabiendo que uno de sus convidados lo iba a traicionar y que el Sanedrín le preparaba una encerrona del copón. De grandes cenas están las sepulturas llenas. Qué idiotez.

¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos! [Comedamus et bibamus, cras enim moriemur] (Isaías 22, 13).

Pues el sucio ferrerismo periodístico ha determinado, por orden de su amo, el número uno de la cosa Estado, que en España ese valenciano presidente regional (¡Ecce homo!, San Juan 19, 5) ha de gastar de superpoderes y mosaica capacidad para abrir camino al pueblo entre las aguas torrenciales.

¡Effata! ¡Ábrete! [quod est adaperire] (San Marcos 7, 34).

Y quien no lo crea que reviente.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados por fuera y por dentro llenos de toda clase de inmundicias! [Vae vobis, scribae et pharisaei hypocritae, quia similes estis sepulchris dealbatis, quae a foris patent hominibus speciosa, intus vero plena sunt ossibus mortuorum et omni spurcitia!] (San Mateo 23, 27).