Un Relato
© Fernando Garrido, 2023
Enero
Recibí la no por esperada triste noticia. Mamá había fallecido tras una década de viudedad y enfermedades.
Lo mío ya estaba decidido, regresaría cuando el fatal hecho biológico sucediese. Han transcurrido infaustos los años desde aquella obligada partida. Un duro sacrificio para que la distancia apagase nuestra imposible hoguera hasta que ellos desapareciesen.
No he avisado a nadie. A Ella tampoco. No ha de saber que crucé el océano para cumplir con el compromiso sagrado que aplazamos al futuro. Ella, ingrata, sin embargo, en el transcurso ha querido olvidar.
Febrero
Tengo un plan. Me hice intervenir la garganta para cambiar de voz. Pensé hacer lo mismo con el rostro, pero no hay tiempo y probablemente no fuese del todo eficaz. Por eso he decidido imponerla a Ella una parte del sacrificio que lo será, en suma, para ambos. Algo irreversible, pero absolutamente necesario.
Marzo
Ocurrió según lo planee. Las puntas afiladas se hundieron en sus cuevas oculares con precisión para que no la desfiguraran nada más. Ni Ella ni nadie ha sospechado otra causa que la mala fortuna. Un desgraciadísimo accidente.
Hoy tendrá el alta de la cínica. Su seguro la ha procurado un excelente cuidado y una jugosa indemnización.
Abril
He ido a visitarla en calidad de trabajador social ¡Qué emoción saludarla por fin después de tanto esperar este momento! Turbado por la ansiedad, estuve a punto de traicionarme abrazándola por un instante con efusiva familiaridad. Me percaté rápido y pellizcándome el brazo me hice un buen cardenal.
Acudí junto a Jack, que será su sombra de aquí en adelante. Con esto me he ganado por ahora su confianza y cercanía.
Mañana nos encontraremos a las diez para iniciar el aprendizaje de su nueva vida.
Mayo
Los días transcurren y nuestra amistad va cobrando una complicidad que trasciende. Ha prendido con fuerza en Ella el cariño hacia mi renovado ser. Me temo que ha llegado el momento. No tengo más remedio que deshacerme de él, aunque yo también lo he tomado afecto. Es tan inteligente, cariñoso y servicial.
Junio
El cólico, mortal de necesidad, se ha llevado a Jack al paraíso canino. También me he ocupado de que no hubiese disponible otro perro guía.
Naturalmente me he ofrecido para suplir la falta ¿Cómo iba a contestarme que no? Mañana traslado mis cosas del hotel. Vuelvo a casa.
Julio
Los acontecimientos van según lo previsto, Ella depende totalmente de mí. La doy todo y más de lo que soy capaz. Soy sus manos, ojos, piernas y sobre todo el consuelo para disipar las angustias en su oscuridad. Me quiere, pero todavía no tanto como yo la amo y deseo.
Agosto
Hemos intimado hasta colmar el vaso. Ayer, con luna creciente, hicimos por primera vez lo propio como amantes. Aunque no fuese necesario, apagué la luz por respeto y solidaridad. Todo resultó muy espiritual a la vez que voluptuoso y estremecedor.
Septiembre
Tras unas semanas plenas de frenética pasión, su ardor se ha ido apagando. Está rara. Noto que intuye algo ¿Sospecha quién soy? Mi voz no es, tampoco puede verme, sólo tocarme. También los contornos de mi cuerpo, pliegues o arrugas, han cambiado en tantos años. No sé, algo está fallando.
Octubre
Hoy de pronto lo ha soltado sin querer. Me ha llamado Ernesto ¿Habrá sido el inconsciente? Yo he fingido no escucharla y no he respondido.
¿Qué sucedería si la confesase que en realidad sí, que soy yo?
No, no puede ser. Ella me rechazaría. Las cartas que durante años mantuvimos lo expresaban con firmeza, sin fisuras ni compasión ¡Cuánto insoportable dolor me infringía con aquellas palabras!
Noviembre, 30
La situación se ha tornado insostenible. Ahora es ella quien finge. Estoy seguro, sabe que soy Ernesto, pero no lo dice.
Lo doy vueltas y no acierto a averiguar el qué me ha delatado ni qué puerta dejé abierta. Quizás sea mi olor corporal reminiscente en su memoria, evocado ahora por un olfato que la ceguera ha despertado, imponiéndose, como en un animal salvaje, sobre los demás sentidos o…, no sé qué diablos sucede.
¿Está tramando algo? La he visto esconderse para hacer una llamada ¿A quién? Estoy desesperado… No quisiera, pero he de hacerlo.
Diciembre, 1
Amada Casilda,
Sé que no podrás leer este breve diario que llevo de nuestro reencuentro, pero de todas formas alguien lo hará pronto. Comprenderán y comprenderás mi amor por ti y que ya no hay otra solución sino traspasar de la mano el umbral. Volver a ese limbo plácido de cuando éramos niños, antes del fatídico día en que descubrimos que nuestro amor era imposible, que ni nuestros amados padres ni los demás nos lo permitían. A pesar de ello hicimos un juramento que tú habías olvidado y rechazado. No has de preocuparte por eso, te perdono, yo como siempre estaré para recordar y protegerte.
Hasta luego hermana, amor mío, me voy antes para esperarte allí. No temas el tránsito, la dosis que has tomado está perfectamente medida para que el viaje sea tan feliz como los mejores instantes que pasamos juntos. Todo lo hice por ti, por mí, por nosotros. Duérmete en paz porque, ahora sí, damos cumplimiento a nuestra fraternal promesa.