Por, H. Steppenwolf
Vandalización Gráfica
8-02-2023
CRÓNICAS DE UN LOBO ESTEPARIO
Por, H. Steppenwolf
Vandalización Gráfica
8-02-2023
Mientras quien debería trabajar a diario por la ciudad, se hace las uñas entre visita y visita al cirujano plástico, la degradación estética en Toledo no tiene freno ni parangón.
Ahora sumado a la insoportable suciedad, abandono y caos de un Centro Histórico indecente, se añaden los estragos del vandalismo gráfico que atenta cada fin de semana, desde hace unos meses, contra los elementos de fachadas y el mobiliario urbano.
La escalada de pintarrajos es ya otro mérito más a añadir al descontrol de una alcaldesa cuya frivolidad y conflictiva relación con la realidad no se compadecen con la dignidad de esta vieja ciudad a la que, la escandalosa incompetencia de su gobierno municipal, empuja a los abismos de una ciénaga crepuscular.
Ya se sabe y es conocido que los socialistas están siempre del lado de los delincuentes, pues los diablos los crían y ellos se arrejuntan.
No espere nadie que la policía municipal se ponga a perseguir a los pintamonas que van estampando sus firmas, o que sus perezosas señorías establezcan mecanismos para evitarlo.
Al contrario, siempre será más probable que acepten un pacto de extorsión, contratando sus ser-vicios para que pinten, bajo licencia municipal y patrocinio del dinero público, todo cuanto sea menester.
Esto ya sucedió cuando los cierres de tantos comercios del centro fueron “pasados por las armas” del aerosol de los “graffiteros” a costa municipal, pagados para embadurnar las persianas con murales ñoño-pop, más propios de atracciones de feria de tercera categoría que de la sobriedad o neutralidad que la imagen de un centro histórico debe y está obligada a observar.
Por su parte, las ordenanzas municipales que regulan el aspecto exterior de establecimientos y fachadas se aplican a los comerciantes y vecinos con arbitraria severidad y a discreción, según no se sabe qué criterios.
Pero desde luego nada han de temer los niñatos que cada fin de semana suben a dopar sus egos enfermos, atentando con sus firmajos infames a la dignidad de un Casco muy mal herido y maltratado tras una larguísima docena de años en el gobierno del partido de la violencia centenaria, de la mentira sistémica, de la corrupción elevada a mérito, del demérito elevado a excelencia y, en fin, de las alcahuetas haciendo sus necesidades en altares de lo eterno…
No sigo, pues la triste crónica de las últimas legislaturas mal o bien pudiera resumirse en los pegotes vandálicos e ininteligibles que ahora suscriben, ensucian e invaden la maltrecha gloria pasada de nuestras viejas calles.