BALIZAS MILLONARIAS
BALIZAS MILLONARIAS
© Fernando Garrido, 25, XI, 2025
Según nos cuenta la DGT, en España existen 25 millones de coches entre turismos y todoterrenos. Una cifra que asciende a 37 millones si se añaden camiones, autobuses, motocicletas y vehículos especiales.
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Por eso a China y sus socios contratantes se les ha puesto cara de euroyuanes, al tener nuevas noticias desde este lejano país de los parias del que, desde el cuento de las mascarillas obligatorias bajo prescripción gubernamental, no rascaban vil metal fácil en condiciones ni abundancia. Así, en el asiático país de los rostros amarillos, a los camaradas de la industria fabril más contaminante de la galaxia se les han achinado aún más los ojos, calculando el millonario negocio que se les ha venido encima a cuenta de esas balizas luminosas llamadas técnicamente “dispositivo de preseñalización V16”.

Pero en realidad se trata de una nueva imposición autóctona (esta vez achaques a la UE no cuelan), muy científicamente formulada, que viene a sustituir, por el método del decreto de obsolescencia programada pintarrajeado en el BOE, a aquellos triángulos y chalecos fosforito que ya no producen ventas ni beneficios como antaño.
Porque el gobierno que más recauda de la historia, el que más roba, miente y menos conocemos en qué emplea nuestra pasta, ya no sabe qué de nuevo inventar para meternos otra mordida. Siempre justificada en ese estado paternalista, cuyo lema es, “todo por vuestro bien”. Un estado extractivo donde, por ejemplo, vehículo y conductor pagan no menos de 20 impuestos por diferentes conceptos a lo largo de su existencia: autoescuela, examen, licencia, renovación, certificado médico, matriculación, IVA, emisiones de CO2, circulación, ITV, carburantes, seguros, estacionamiento ORA, peajes, sanciones ...

Así, millones de balizas se suman a esa lucrativa lista a partir del próximo 1 de enero. Eso, o el multazo para quien no pase por caja a adquirir el nuevo impuesto luminoso.
Mientras, intuimos quiénes se lo estarán llevando en sacos tras las sombras chinescas que se trasladan ya desde los soles venezolanos, ahora amenazados por USA, hacia el sol naciente de golfas oportunidades.

Unas balizas que, como mal menor, pudieran haberse fabricado en España, pero siendo ilícito aquí el beneficio empresarial y odiosa la industria que asesina al planeta, hagámonos a cambio socios, importadores o comisionistas.
Porque la España socialista habrá de ser funcionarial, subsidiada, improductiva y sumisa a la China capitalcomunista, o no será.









