© Fernando Garrido, 27, V, 2023
Es una lástima que la reflexión sólo tenga su día el inmediatamente anterior a una cita electoral. No sé, ya que son tantos los días internacionales de tal o cual cosa podría instituirse uno anual para visibilizar –es como ahora dice un cursi- la importancia de esa capacidad única que posee el homo sapiens.
Entiéndase la ironía: qué grandísima estupidez, qué sería de nosotros si no usásemos a cada hora la reflexión ante los problemas o decisiones que hemos de tomar.
Claro está que el reflexionar no garantiza el éxito de la empresa sobre la que se aplique en cada circunstancia, es más, se puede reflexionar bien o mal, acertada o equivocadamente.
Atendiendo a esto último se puede reflexionar en plan cortoplacista en torno a un puñado de billetes, para darse hoy un efímero homenaje en el bar de cabecera, a cambio de un voto al socialismo que te quitará el triple de la pasta entregada en cuanto te descuides.
No sabría decir cuántos a esta hora estarán en esa reflexión tabernaria, parece que son bastantes…
En fin, porque además la reflexión tiene un carácter ambivalente (acción-efecto), pues si bien reflexionar es pensar con atención y detenimiento para comprender un asunto al que dar respuesta, tiene su otra cara de la moneda en el resultado práctico obtenido de la misma.
Para ello es fundamental plantear con seriedad las preguntas correctas y no dejar que te las resuelvan los tahúres ni mercaderes en el zoco de las vanidades como puños.
En consecuencia, es oportuno en esta jornada donde se nos impone un cartujo silencio reflexivo plasmar, por escrito, algunas preguntas pertinentes en cuanto al voto, al menos para ayudar u orientar al prójimo perezoso a ejercitarse en esa virtud exclusivamente humana.
Estupendo, empecemos pues: reflexionemos.
Paga usted más impuestos y recibe peores prestaciones y servicios públicos.
La respuesta es Sí.
Le cuesta a usted más su vivienda y la compra diaria, así como adquirir cualquier otro bien o servicio.
La respuesta es Sí.
Existe hoy más delincuencia y una mayor permisividad a todo tipo de delitos e incluso el amparo e institucionalización de los mismos.
La respuesta es SÍ.
Se siente usted más libre y con garantías sobre su propiedad inmobiliaria, bienes financieros, su familia y su futuro.
La respuesta es NO.
Está usted dispuesto a pertenecer a una secta cuyo relato telúrico, teológico y dogmático le obligue a desprenderse de su bienestar para entregárselo a unos patriarcas chamanicos que le anuncian que, de no hacerlo, llegará el final de los tiempos, prescrito desde su gabinete de “magos-científicos” encapuchados en pos de una epifanía y falsas emergencias de una rosquilla irisada.
Sería de idiotas aceptar.
No siente usted rabia hacia quienes ilegalmente le robaron su libertad, su trabajo, su vida y no se sabe cuántas cosas más, encerrándolo en su casa y además le han inoculado, bajo amenaza de pogromo o expulsión social, sustancias no homologables en un marco científico protocolariamente normalizado.
Sí, la rabia es inmensa.
No le da a usted vergüenza el que países extranjeros decidan, bajo amenazas, extorsión y chantaje, por encima de nuestra soberanía, qué políticas económicas, territoriales y de inmigración se aplican, que además colocan invertida nuestra bandera para la foto de un banquete platónico (de plató) entre anacrónicos y postmodernos tiranos.
Sí, un bochorno lacerante.
Le repugna a usted que asesinos, delincuentes y dementes dirijan su país y sean modelos morales en territorios cada vez más anchos de nuestra nación, donde además se prohíbe el uso de nuestra lengua y se practica oficialmente el racismo y la xenofobia contra lo y el español.
Sí, la repugnancia es absoluta.
Todo lo descrito y contestado hasta aquí son medidas que está aplicando contra usted un partido político al que le avala más de un siglo dañando a la sociedad española a beneficio propio, y amenazan con no parar ahí.
Sus siglas son: PSOE, organización que hoy ampara a toda forma de socialismo, radical y totalitario, sean fascismos nacionalistas o comunismos globalistas u otros tipos de perversiones y corrupciones ideológicas contra el sentido, la moral y la naturaleza humana.
Reflexionemos pues, pongamos ahora nuestro voto al servicio e interés común, votemos en defensa propia contra quienes vienen a por lo nuestro, nuestra soberanía, nuestro hogar, nuestro patrimonio, nuestras tradiciones, nuestra lengua…
En España, en Castilla y en Toledo, SNCHZ, TOLÓN y PAGE son tres mentiras distintas pero un mismo y solo caos verdadero.
Reflexionado queda.