EL PRESIGENTE
© Fernando Garrido, 7, IX, 2022
Quizás ayer, con el inusual “debate” entre SNCHZ y FEIJOY, encontramos una mínima justificación al Senado los muchos españoles que nos seguimos preguntando sobre su necesidad, en un sistema parlamentario representativo donde el Congreso se elige por circunscripciones provinciales y, por castigo o añadidura, tenemos parlamentos regionales, diputaciones, mancomunidades, ayuntamientos, etcétera.
Un senado español donde –por cierto- sus señorías han de servirse de traductores para hacerse entender entre ellos como si fuesen extranjeros. Deberíamos, por tanto, agradecer que FEIJOY no hablara en galego, ni SNCHZ in english o en germanía para, dándose el pisto, despistarnos más aún.
Dicen de SNCHZ que es un psicópata, y lo comparto; también que es un grandísimo embustero, un chulo playa, un calamidad, un cínico, un hipócrita; estoy de acuerdo con todo.
Pero, lo peor es que además sea un pelmazo inaguantable cuyo discurso político resulta ser un interminable “cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido”.
El tiempo de las intervenciones de SNCHZ -a lo Castro- duró lo que un partido de futbol con prorroga y descuentos, mientras que FEIJOY tuvo sólo los intermedios. No está mal el abuso para quien cacarea y hace uno de sus lemas insoportables, la igualdad del ser.
SNCHZ, como de costumbre, se declaró inocente, no tiene culpa de nada; él no es ya el presidente, sino el presi-gente, nueva figura política para legitimarse como (tirano) salva patria que él mismo ha despeñado.
Y suma y sigue diciendo que, quienes dirigen en realidad el país están conspirando en cenáculos de Madrid y del Kremlin, por eso él ahora no es gobierno sino oposición. Dice también que los medios de comunicación obedecen a esas fuerzas oscuras que se lo cenan a él, pero si uno enciende la televisión comprueba que todas las grandes cadenas están –previo pago- todo el día adoctrinando y repitiendo con entusiasmo y sin fisuras todos los raca-raca lanzados por el gobierno.
El rollo de SNCHZ es el mismo discurso antisistema robado al conglomerado de sus socios preferentes, y como tal quiere ponerse al frente de la manifestación con la pancarta antes que nadie.
Esta estrategia le lleva necesariamente al disparate –no descartable- de articular un golpe de estado sostenido contra sí mismo, liderando la algarada subversiva para presentarse como la única alternativa al poder, desde el poder, para supuestamente salvar la democracia, el planeta y el estado del bienestar que se ha zampado.