© Fernando Garrido, 10, XI, 2023
Tradicionalmente en la lengua española usamos el concepto “hijo de puta” al menos de tres maneras y significados que pueden, o no, ser excluyentes.
La primera es la más evidente y literal: dícese del individuo traído al mundo por mala mujer y sin padre conocido.
En la segunda acepción (la más usada), el epíteto hace referencia, con independencia de quienes sean sus progenitores, a una mala persona.
La tercera, sin embargo, es una parresia, es decir, se aplica de forma aparentemente ofensiva, pero en realidad halaga a aquel a quien se le dice así.
Pero hoy debemos referir otra categoría más que quizás la RAE pueda incluir en su próxima edición del Diccionario de la Lengua Española, ya que alcanza a ser el sobrenombre dado de manera unánime, alto y claro, por millones de hispanohablantes a un delincuente enfermo mental fuera de control.
¡PEDRO SÁNCHEZ, HIJO DE PUTA!
Es lo que se dice o grita a todas horas en las calles, en las casas, en el mercado, en la oficina o en el café, en la calle Ferraz y frente a sedes socialistas o en todas las plazas y calles de España.
Es el clamor de una sociedad civil que ha explotado contra la guerra que SNCHZ ha declarado a España, ese enfermo con triada oscura (maquiavelismo, narcisismo y psicopatía), presidente ilegal e ilegítimo en funciones de dictador, que ha asumido y hecho suyo el discurso y reivindicaciones de separatistas, golpistas, violentos, delincuentes y asesinos, entregándoles la soberanía, la justicia, la riqueza de la nación y el control privativo de parte de su territorio.
Pero no sólo eso, sino que en el plano internacional es aliado del sin vergüenza comisionista ZP y del comunismo globalista del grupo de Puebla, del terrorismo islámico palestino de Hamás y vasallo del comendador de los creyentes, el rey de Marruecos.
En consecuencia, desde ayer, aunque era previsible, los españoles de bien hemos sido condenados al paredón para ser asesinados como ciudadanos libres e iguales a cargo del pelotón del PSOE al mando del Hijoputa.
Y el PSOE tendrá que pagar por ello, no en las urnas puesto que se las pasa por el arco del triunfo, o mejor dicho, de la derrota, porque han dejado, si alguna vez lo fueron, de ser un partido democrático.
Deberán en cambio ser juzgados todos y cada uno de sus diputados por golpistas, alta traición y cómplices necesarios del proyecto autocrático de SNCHZ.
Cabe ser mayor hijo de puta que haber roto unilateralmente el pacto constitucional, llevándose por delante la independencia judicial, la separación de poderes, el estado de derecho y el principio democrático de igualdad de todos los ciudadanos.
Hijoputa SNCHZ nos ha dado un golpe de estado y no cabe otra que ir a la resistencia, revuelta y movilización permanente, a la insumisión total y choque frontal contra el régimen dictatorial recién instaurado.