SNCHZ DER FÜHRERBUNKER
© Fernando Garrido, 21, IX, 2023
Entre los trofeos que adornan las vitrinas del partido socialista figuran varias medallas al deshonor del mérito golpista. No sólo otorgadas a socialistas del presente, que no hay mayores y ni más rabiosas evidencias, sino también a su entelarañado pasado prendido con traiciones y atentados al orden democrático, del que sin embargo y, quizás por eso, se consideran únicos y legítimos propietarios.
No huelga repetir que ya en época republicana participaron -como hoy- junto a sus hermanos comunistas, anarquistas y separatistas en golpes contra el propio sistema republicano que tanto añoran.
Recordemos, por ejemplo, el golpe organizado en Asturias para derribar la II República a fin de instaurar una dictadura socialista soviética.
Aquello no salió gracias a la intervención del ejército republicano al mando, sí, del general Franco. Pero posteriormente -cómo ahora- los insurrectos fueron amnistiados por políticos afines e incautos.
Así que, todos juntos, continuaron en el empeño violento hasta provocar que las víctimas se negaran a sufrir la deshumanización, la indignidad y el asesinato. Lo que inevitablemente llevó a un enfrentamiento civil en defensa propia, que hoy es materia manipulada y justificativa de perdedores (auténticos “negacionistas”) para volver a las andadas.
SNCHZ sabe que no puede dar marcha atrás. Es una cuestión de supervivencia personal y política, todo en él se reduce a ser Führer o nada, esa es la cuestión, Führer oder nichts, todo o nada. Él o la España constitucional del 78, no cabe otra.
Pero SNCHZ es ahora un führerbunker atrapado en la habitación del pánico (electoral). No contempla otra salida que elegir entre la traición o la felonía, susto o muerte.
No puede permitirse ir a elecciones libres habiendo mostrado a las claras hasta dónde está dispuesto a arrastrar a la Nación, porque ya no le vale mentir ni cambiar de opinión, no puede prometer un “no pactaré”.
SNCHZ se ha mostrado sin tapujos en abierta rebelión contra el estado que gobierna, anunciando, reconociendo y declarando inconstitucional la propia Constitución, en virtud de la cual él es presidente de un gobierno dependiente que pivota sobre un enemigo, y sin embargo aliado, de estructura piramidal, cuyo extremo y vértice radica ahora en Waterloo.
No existe ya una agenda ni programa que ocultar al elector, y esté tendría que elegir entre España o la entrega de toda la soberanía nacional a las fuerzas centrifugas y desleales. Aquellas que han empleado la violencia y el golpe contra las instituciones y la sociedad. Un golpe que para triunfar –y están a punto de conseguirlo- ha de hacer saltar en pedazos el estado de derecho y todos los principios democráticos.
La amnistía general a los delitos golpistas es legitimarlos y dar licencia inmediata para que sea legalmente posible.
Porque esa amnistía supone el reconocimiento auto inculpatorio de que España es un estado sólo virtualmente democrático, injusto y represivo, cuyas leyes y constitución han de derogarse para dar paso no se sabe a qué, pero donde la mayoría no tendrá derecho a decidir, sino acatar la secesión soberana de una parte de su territorio sobre la sumisión o lo que quieran hacer del resto.
Sea como fuere, SNCHZ no será entonces sino un Führer nichts lug und trug, caudillo de la nada e indecente traidor patrañas.
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