ADIVINA ADIVINANZA
ADIVINA ADIVINANZA
© Fernando Garrido, 15, XI, 2025
No habíase visto en Burgos tan inquebrantable, ventosa ni unánime exaltación en mucho tiempo. No obstante, hasta ayer, todos mudos como puertas, pero hoy de ellas se hacen lenguas, y claman la virtud de necesidad de ya verlas puestas.
Adivina adivinanza ¿qué es?, ¿de qué se trata?
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Que para el vulgo digo y promulgo lo que no ha de estar en Burgos para que se firme con tinta contra la vanidad de un artista, al que el pueblo amenaza para de Santa María negarle la fachada y plaza.
Adivina adivinanza ¿qué es?, ¿de qué se trata?
Al ICOMOS voy y digo que no me lo como, y a la UNESCO apelo y advierto chulesco, que de la humanidad a la Catedral borro su patrimonial patrimonio, si Burgos contrae matrimonio con ese singular bodrio.
Adivina adivinanza ¿qué es?, ¿de qué se trata?

Ya está. Sí, son las puertas del octavo centenario. Las de Antonio López, que muy pocos estimaron y menos defendieron, pero que sin embargo esta semana han concitado toda la adhesión y simpatía que permaneció inédita, callada ante las críticas infundadas que, por acción u omisión, tantos otros respaldaron.
Ya saben, esa plataforma creada y alentada por artistas fracasados, empresarios airados, ateos resentidos y otras gentes de mejor fe embaucadas por las fábulas de los brujos que moran en esos desaparecidos valles no lejos de Burgolandia.

En fin, quienes de siempre hemos defendido el proyecto del Arzobispado y el Cabildo catedralicio, no podemos menos que alegrarnos por este espontáneo ataque de sentido común y estético júbilo, que tan de repente envuelve a las fuerzas vivas de la ciudad, antes más muertas de pánico que sencillas, pero hoy ávidas de notoriedad ante la inminente llegada a la capital del gran tríptico broncíneo de López, intuyendo que será tal y tan impresionante el baño de belleza, que dará un gran bofetón en los hocicos de quienes contumaces no corran a apuntase el tanto de lo que no vieron o quisieron entender, pero ahora sí, como el gran acontecimiento artístico patrimonial, al menos de esta década, que de veras es dotar a la Catedral de una obra excepcional que, sin duda, trascenderá los siglos u años que le queden a la humanidad con la incertidumbre puesta en su cada vez mayor incapacidad crítica racional, ética y estética.

Adivina adivinanza, ¿Por qué estuvieron callados, tal que puertas, aquellos visionarios que tan ufanos se mostraban anteayer en ese mosaico-fotomatón que publicaban en el Diario? ¿Cuánto tardarán en comercializar camisetas con las puertas de López? ¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre antes de que lo puedas llamar por su nombre? ¿Cuántos ahora pedirán para el artista beatificación y canonjía? ¿Cuántos mares debe navegar una paloma blanca, antes de dormir en la arena?
Adivina adivinanza, la respuesta, amigos míos, como Dylan decía, quizás esté en el viento, en estos pendulares y burgenses cierzos.
Burgo´s answer, my friend, is blowin' in the wind.












