CAVE CANEM, AVE CANE

F. Garrido • 2 de mayo de 2025

CAVE CANEM, AVE CANE 


Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo


© Fernando Garrido, 2, V, 2025


Lo mío, desde luego no es hacer amigos, ya lo advierto. Pero es lo que tiene el ser independiente y liberal de veras. Lo siento por esos tenedores que como los restaurantes tienen uno, dos, tres o más. Pero aquí y ahora me refiero a los tenedores de uno, dos o más perros. Lo siento por ellos, por los que personalmente conozco; a los otros allá les den y aten con longanizas.

Lo siento sobre todo por esta sociedad infantilmente embobecida e irresponsable que prefiere criar perros como bebes que a niños como futuro.

El caso es que sin ánimo de ofender a los perros, cosa que no pretendo y harto improbable porque no leen, he de declararme ante el mundo, o contra él, solemnemente hostil a la tenencia de perros en la ciudad, porque lo que antes era algo contenido o “sostenible”, que dicen ahora a cualquier cosa los más idiotas, en definitiva, el capricho de unos pocos que ha adquirido la categoría de moda multitudinaria en modo plaga sin límite ni contención.

Vaya uno donde vaya, esté uno donde esté, incluido el propio domicilio, siempre y a todas horas hemos de escuchar de fondo el punzante ladrido de uno, de dos o de varios perros a la vez. Y ya no cuento el vernos obligados a caminar pegando saltos para no pisar eso que, por escatológico escrúpulo, no creo necesario mencionar. Pues aquí, en Córdoba, lugar desde donde escribo lo presente, es asqueroso y recurrente encontrar las aceras salpicadas de ese marronazo y grueso gotelé, y, claro está, siempre algún paisano por descuido se lleva el infausto recuerdo de un cánido anónimo en la suela de sus zapatos.

Qué gracia. Qué perritos más monos y que dueños tan primates e incívicos. que sin embargo tantas veces se permiten decirnos a quienes no poseemos un can mascota en régimen de virtual arresto domiciliario, que no tenemos amor ni corazón y que nosotros nos lo perdemos… Pues no, lamentablemente no nos lo perdemos, ojalá, porque sufrimos sin culpa, voluntad ni beneficio alguno a su caprichoso objeto de ese su amor prisionero de una correa. Soportamos su molesta presencia, sus cacas y pises, sus hocicos olisqueándonos o abordándonos, amén del riesgo de sufrir un mordisco o alergias y de cualquier enfermedad o patógeno de origen canino. Pero de todo ello, lo más insoportable son los ladridos de fondo a los que ya es imposible sustraerse a ninguna hora en lugar alguno, a no ser uno sordo o usar tapones.

Aun así, como soy consciente de que esto es como clamar o ladrar humanamente en el desierto, propongo una solución razonable: ya que se los esteriliza frecuentemente a voluntad de sus amos, que se les pueda del mismo modo extirpar las cuerdas vocales a petición de los vecinos cuando se trate de molestias en una comunidad, o atendiendo a la denuncia o informe de la policía municipal cuando esto sucede en la vía pública.

En fin, según dice la leyenda urbana los dueños se parecen a sus perros y viceversa. Así que, tengan cuidado, porque al cabo unos acaban hablando a ladridos y los otros ladrando a gritos. Como anécdota, recuerdo que un buen amigo homosexual sin resentimientos ni falso orgullo, tenía un perrito cuyo nombre no recuerdo, pero que en lugar de ladrar guao-guao, decía educada y suavemente: guado-guado. Un animal realmente encantador.

¡Ave cane!


Por F. Garrido 15 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 15, XI, 2025 No habíase visto en Burgos tan inquebrantable, ventosa ni unánime exaltación en mucho tiempo. No obstante, hasta ayer, todos mudos como puertas, pero hoy de ellas se hacen lenguas, y claman la virtud de necesidad de ya verlas puestas. Adivina adivinanza ¿qué es?, ¿de qué se trata ?
Por F. Garrido 13 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 13, XI, 2025 Ganar el relato es lo que importa, el tamaño ya no tanto si se trata de vencer la apatía o la modorra del otro mediante una narración, un cuento, fábula o chiste como ejercicio pedagógico para, por ejemplo, explicar la historia u ofrecer un consejo moral. Nada que objetar si en ello preside la buena fe y el ánimo de esgrimir verdad. Pero lamentablemente este no sea el caso y motivación de ese “ganar el relato” persistente que ahora tanto ocupa y preocupa a la peor clase política habida en el poder, cuyos cuentos son muy otros, muy falsos, delictivos y violentos. Leire, ¿dónde estás?
Por F. Garrido 12 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 12, XI, 2025 Vivir visceral e ideológicamente de la vivienda es una fórmula más entre las falaces estrategias de quienes crean problemas para arrojárselos en facha a los espectros que inventan, justificando así su violencia multidisciplinar contra la libertad.
Por F. Garrido 9 de noviembre de 2025
Un relato de Fernando Garrido © Fernando Garrido, 2025 Érase aquel un metro cuadrado cuya foto ni precio figuran en Idealista, porque no se anuncia ni está en venta, tampoco en arriendo o alquiler. Es un metro cuadrado público, uno de tantos dibujado en damero de losas y adoquines, no muy distinto a los miles que existen en la ciudad, intercambiables por cualquiera otro, en casi nada diferente en su vulgar apariencia tosca o pulida, conformando un simple y llano metro cuadrado peatonal que nadie mide, perimetra ni precisa escuadrar. Se deambula inconscientemente sobre él, dejándolo atrás con una, dos o tres zancadas que transcurren en apenas un instante vacío sin pena, gloria ni sobresalto, y el metro permanece ahí, inánime, pasivo, inmóvil, recluido en su cuadrícula mineral, enlucida, rugosa o berroqueña, aguardando que el próximo transeúnte lo pise y, sin sentir, lo sobrepase embargado en sus ocios y negocios, o en nada, abstraído el pensamiento entre las espesas nieblas de la conciencia.
Por F. Garrido 3 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 3, XI, 2025 Cuando una institución local se emplea en lo que no le corresponde, lo normal es que aquello no acabe bien y seamos otros los que nos traguemos el desaguisado.
Por F. Garrido 1 de noviembre de 2025
©Fernando Garrido, 1, XI, 2025 Lo del Instituto Cervantes es cosa seria y virtualmente criminal. A manos de Luis García Montero, poeta menor, achaflanado, imprudente, presuntuoso y redomado comunista, no podía acabar siendo otra cosa que una checa infame, guerra civilista y nigrolegendaria al servicio de la destrucción de todo lo que debiera sin embargo representar.
Por F. Garrido 30 de octubre de 2025
Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo 
Por F. Garrido 27 de octubre de 2025
 Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo
Por F. Garrido 26 de octubre de 2025
CAFÉ PARNASO Relato epistolar
Por F. Garrido 22 de octubre de 2025
TODOS JUNTOS YO EL PRIMERO
Más entradas