EL RETABLO DE MAESE PEDRO
EL RETABLO DE MAESE PEDRO
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© Fernando Garrido, 4, V, 2025
Ya veremos cómo antes de una semana en este país todo el mundo será experto en energía, alta tensión y redes eléctricas gracias a los tutoriales pedagógicos que emiten los medios del régimen, según los cuales un sistema se va a cero porque es el mejor del mundo. La lección consiste en aprender que sólo los mejores pueden permitirse el lujo de caer en el vacío de la nada. Algo así como que, si uno tiene dinero como para cebar cochinos, ha de quemarlo en una hoguera pública para que todos vean lo rico que era.

Dicho y hecho, el apagón ha sido una demostración de fortaleza y un “chúpate esa” lanzado al resto del mundo, por si aún no se habían enterado de quienes éramos nosotros. Pues les hemos dicho, cuidadito con España, que os damos tortas como panes en esto de la energía y somos tan chulos que podemos hacerlo incluso a oscuras.
Tanto es así que en Europa quieren imitarnos, tal y como ya vienen pensando hacer con todo el gran retablo de las maravillas de maese Pedro, según cuentan él y sus títeres en titulares de autoestima donde nos explican que nada es lo que vemos sino lo contrario.

Es decir, aunque sea complicado entenderlo: digamos que el gobierno de España nunca tiene culpa de nada malo porque manda bien y mucho, pero no gobierna en nada ya que gracias a él todo funciona perfectamente.
¡Ohé, ohé!
Se entiende ahora mejor, ¿verdad? O si no, conectemos el televisor que ya lo repiten en bucle con toda profusión de cifras, datos y relatos para que podamos alcanzar el conocimiento universal de esta electrizante buena nueva. Y que sintamos voltios de orgullo por pertenecer a un país que entero se va a negro, con un par, contra el racismo y la desigualdad
¡Ohé, ohé!

Que si esto aún no se ha dicho, lo oiremos casi seguro a no tardar.
Pero lo que sucedió el pasado lunes es, hablando mal y pronto, como lo del Julio y el Hercio que fueron a dar un voltio y se metieron en un vatio a darnos por culombio y nada más.
