CORDOBA, QUERIENDO O SIN QUERER

F. Garrido • 20 de abril de 2025

CORDOBA, QUERIENDO O SIN QUERER

(meditaciones en la ribera del Guadalquivir)


Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo


© Fernando Garrido, 20, IV, 2025


A Córdoba se llega siempre o alguna vez, queriendo o sin querer, porque todas las calzadas del ayer nos conducen a ella. A Córdoba se va o se viene porque no existe más despejado ni mejor camino para encontrar y entender los radicales vestigios de lo español en esta ciudad antigua y romana, aún persistente y resistente, incluso cuando fuera el gran centro político, religioso y cultural de al-Ándalus y sede del único califato habido hasta hoy en el mundo occidental.

Y no es verdad aquello que cuentan algunos charlatanes contemporáneos, con licencia para envenenar a turistas, que repiten por las calles historias aprendidas en las pueriles cartillas del preescolar nigrolegendario, que pretenden aleccionar a la plebesía acrítica, gustosa de escuchar las facilonas patrañas del relato oficial antipatrio de moda, por el cual el invasor fuese un cultivado pueblo portador de melifluas cortesías y mejores intenciones que, a diferencia de nuestro criminal holocausto perpetrado en el Nuevo Mundo, dicen, vino a civilizar un territorio peninsular sumido poco menos que en lodos de una gótica barbarie.



Pues han de saber aquellos que aun la Córdoba califal, sin quitarla méritos ni esplendor, como antes la visigótica, lo fue siempre en el espejo de Roma, modelo imperial, legitimador y simbólico, en que el poder islámico andalusí, sus emires, califas y reyezuelos siempre quisieron verse a sí mismos.



Dígannos si no, por ejemplo, qué es ese caelus rae del mihrab en la gran mezquita catedral, un puzle vegetal y geométrico de teselas en rico mosaico bizantino; o fijémonos de dónde se toma el molde constructivo, propio de acueducto romano, que son las arcadas que sostienen la techumbre de sus naves.



Y así podríamos seguir vislumbrándolo hoy, 800 años mediante de la conquista Fernandina tras el colapso califal y progresiva decadencia, que nada valioso fue destruido por los sucesivos reyes cristianos, sólo rescatado, vuelto o readaptado a lo nuevo y precedente, atornasolado, eso sí, con las efusivas formas y tonalidades orientales que adornaron el fasto y prestigio de las élites dinásticas ismaelitas, árabes o sirias. Es, al fin de cuentas y coplas, el mudejarismo que imprimió un casticismo hispano andalusí, autóctono y formal, adherido a las diversas corrientes mentales y estilísticas que hemos ido experimentando desde entonces en la piel del ancestral uro. Pero en ella no había poco ni nada de aquel bóvido salvaje pre-ibérico al inicio del octavo siglo de nuestra era, sino un germánico impetuoso renacer hispano romano que, por primera vez bajo un único e independiente principio de autoridad irradiado desde Toledo, se quebró en un ilegítimo, traicionero y fatalmente fallido intento de golpe dinástico Vitiziano, cuyo propósito era perpetuarse en un poder al que sus mercenarios aliados exóticos no podían ni quisieron renunciar al verse capaces y vencedores.



Porque hay que decir que las rápidas y expansivas invasiones islámicas, en sentido inverso y a diferencia de las cruzadas, no fueron un proyecto piadoso evangelizador de costes enormes a fondo espiritual perdido, sino de rapiña y botín, pingüemente extractivo y por ello atractivo para seducir y concitar en un mismo afán de riquezas y ganancias a tribus nómadas y beduinas dispersas dispares, en muchos casos enfrentadas y con economías muy precarias, a las que se unirían, por el mismo motivo, otros pueblos africanos, mauris o bereberes, análogamente ávidos de soldada y botín a cambio de sangre.

Tal fue el propósito e interés sine qua non la exitosa marca religiosa que ideó el profeta fundador hubiese sido otra más de tantas ofertas espirituales sectarias, abocadas a la nada, que competían en idolatrías sincréticas en aquel zoco de dioses que fue la Meca en el siglo séptimo.



Sin embargo hoy, siglo XXI, en Córdoba puede encontrarse esa meca donde nada es ajeno a nuestra alma, tal vez romana, tal vez cristiana, tal vez andalusí, mozárabe, sefardí y mudéjar. Córdoba, elegante, amable y sobria, es -siempre lo he dicho y sentido así- tierra tan meridionalmente castellana como Castilla es el septentrión cordobés.

Córdoba es albalate, el camino, no encrucijada de él, por donde transitar sobre el precioso humus de la experiencia histórica y vital: “quid memorábilis itínere est”: lo importante y digno de recordar, lo monumental, es el viaje, viceversando de occidente hacia oriente, trazado con andaluza lozanía desde Roma y Bizancio a Córdoba por Asturias, León, Castilla, Navarra, Aragón, Valencia, Jerusalén y Damasco.



Córdoba es holismo, mestiza y singular como esa única alma de mujer cordobesa que recurrentemente pintó don Julio Romero de Torres, espléndidamente desdoblada en un maravilloso retablo civil, un políptico simbólico antropológico que tituló “Poema de Córdoba”, donde el cordobés escribe con sus versos de óleo simbolista siete estampas alegóricas con la esencia del camino que se transita en esta, su ciudad natal. Son la Córdoba guerrera, barroca, hebrea, cristiana, romana, religiosa y torera… Siempre Córdoba donde nada es absolutamente concreto, pero es real, es Córdoba queriéndola o sin querer…


Por F. Garrido 15 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 15, XI, 2025 No habíase visto en Burgos tan inquebrantable, ventosa ni unánime exaltación en mucho tiempo. No obstante, hasta ayer, todos mudos como puertas, pero hoy de ellas se hacen lenguas, y claman la virtud de necesidad de ya verlas puestas. Adivina adivinanza ¿qué es?, ¿de qué se trata ?
Por F. Garrido 13 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 13, XI, 2025 Ganar el relato es lo que importa, el tamaño ya no tanto si se trata de vencer la apatía o la modorra del otro mediante una narración, un cuento, fábula o chiste como ejercicio pedagógico para, por ejemplo, explicar la historia u ofrecer un consejo moral. Nada que objetar si en ello preside la buena fe y el ánimo de esgrimir verdad. Pero lamentablemente este no sea el caso y motivación de ese “ganar el relato” persistente que ahora tanto ocupa y preocupa a la peor clase política habida en el poder, cuyos cuentos son muy otros, muy falsos, delictivos y violentos. Leire, ¿dónde estás?
Por F. Garrido 12 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 12, XI, 2025 Vivir visceral e ideológicamente de la vivienda es una fórmula más entre las falaces estrategias de quienes crean problemas para arrojárselos en facha a los espectros que inventan, justificando así su violencia multidisciplinar contra la libertad.
Por F. Garrido 9 de noviembre de 2025
Un relato de Fernando Garrido © Fernando Garrido, 2025 Érase aquel un metro cuadrado cuya foto ni precio figuran en Idealista, porque no se anuncia ni está en venta, tampoco en arriendo o alquiler. Es un metro cuadrado público, uno de tantos dibujado en damero de losas y adoquines, no muy distinto a los miles que existen en la ciudad, intercambiables por cualquiera otro, en casi nada diferente en su vulgar apariencia tosca o pulida, conformando un simple y llano metro cuadrado peatonal que nadie mide, perimetra ni precisa escuadrar. Se deambula inconscientemente sobre él, dejándolo atrás con una, dos o tres zancadas que transcurren en apenas un instante vacío sin pena, gloria ni sobresalto, y el metro permanece ahí, inánime, pasivo, inmóvil, recluido en su cuadrícula mineral, enlucida, rugosa o berroqueña, aguardando que el próximo transeúnte lo pise y, sin sentir, lo sobrepase embargado en sus ocios y negocios, o en nada, abstraído el pensamiento entre las espesas nieblas de la conciencia.
Por F. Garrido 3 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 3, XI, 2025 Cuando una institución local se emplea en lo que no le corresponde, lo normal es que aquello no acabe bien y seamos otros los que nos traguemos el desaguisado.
Por F. Garrido 1 de noviembre de 2025
©Fernando Garrido, 1, XI, 2025 Lo del Instituto Cervantes es cosa seria y virtualmente criminal. A manos de Luis García Montero, poeta menor, achaflanado, imprudente, presuntuoso y redomado comunista, no podía acabar siendo otra cosa que una checa infame, guerra civilista y nigrolegendaria al servicio de la destrucción de todo lo que debiera sin embargo representar.
Por F. Garrido 30 de octubre de 2025
Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo 
Por F. Garrido 27 de octubre de 2025
 Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo
Por F. Garrido 26 de octubre de 2025
CAFÉ PARNASO Relato epistolar
Por F. Garrido 22 de octubre de 2025
TODOS JUNTOS YO EL PRIMERO
Más entradas