LO COTRARIO
LO COTRARIO
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© Fernando Garrido, 21, V, 2025
Alguien dijo que España era indestructible, pues después de siglos de intentarlo no han podido con ella. El tal, se refería a los propios españoles, no a enemigos o contrarios externos.
Pero más allá de la gracieta es verdad que una buena parte de paisanos están siempre en eso y son precisamente los que menos aportan y más se llevan de la nación a la que exprimen y llaman puta, como no podría ser de otro modo tratándose de proxenetas o, dicho en idioma castizo: chulos, macarras, rufianes, alcahuetes o cafiches…
Pero, qué se puede esperar de un gobierno que nació en un prostíbulo de pájaras y jodidas, maricones, sobrinas e informadoras vaginales, puteros, estultos, maltratadores y tocacojones, petardos e impresentables, corruptos, sediciosos y golpistas…
Todos estos calificativos y algunos mejores no son cosa del que suscribe, sino los que emplea o ha empleado el puto amo y su corte para definirse entre sí. Y si ellos lo dicen, así será, en esto es muy posible que no mientan ni se traicionen.

Por lo demás, un servidor quisiera creer en aquella ingeniosa sentencia del inicio, pero no estoy seguro de que se cumpla ad infinitum, porque nunca como ahora, salvo en la II República, es el propio gobierno el que va a la cabeza de una coalición demolicionista que, según su propaganda, mejora la vida de los españoles y hace que avancemos en derechos.

Aunque algunos ingratos piensen en modo negacionista, aquí, sin ir más lejos, un apagón total es una demostración de que el sistema eléctrico funciona, porque cómo hablar de la vida si no existe comprobación de su contrario, es decir, de la muerte; igual con la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza; lo mismo en la movilidad o el movimiento de un tren, o el precio y carestía de la cesta de la compra o la vivienda, la calidad de vida o el derecho a la información veraz.
Cuestiones que no comprenderíamos sino tuviésemos experiencia de sus contrarios, a cuyo fin y propósito nuestro gobierno lleva poniendo en marcha programas sacrificiales (en su jerga pedagógicos), para que nos vayamos enterando de las enormes virtudes y ventajas del socialismo real en estado puro.

Un negocio muy rentable que se alimenta de todos los demás y sus contrarios. Así, mientras llegamos a ese estado de plenitud tendremos que experimentar necesariamente bulos y sabotajes, conspiraciones junto a tramas de acoso y derribo y todo un corpus de padecimientos.
Por ejemplo, lo último para conocer el placer de viajar y las ventajas de los dineros y divisas del turismo, consiste en prohibirlo o expulsarlo ocupando su ausencia con ilegales a plena gratuidad.
Es por nuestro bien y yo lo acepto. Por eso mismo, qué tal si probásemos a experimentar de veras las ambrosías y ventajas del sanchísmo, expulsándolo también.
