LOS CORSARIOS DEL CARIBE
LOS CORSARIOS DEL CARIBE
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© Fernando Garrido, 21, VI, 2025
Además de ser un gran país hispano antes llamado La Española, ¿qué tendrá la Dominicana República que aquellos socialistas clásicos que se hicieron ricos gracias al ejercicio de la política, o estos más recientes de la última trama, tienen acomodo allí?
Sabemos que los vuelos de nuestros Fálcon presidenciales, puestos al servicio de la golfada, aterrizan y descargan en Santo Domingo los sacos de dinero que nos levantan de aquí, al amparo de valijas diplomáticas.

Dicen y es verdad que J. Bono, el corsario criollo otrora emperador de la Mancha, patriota de las divisas, los pisos y las caballerizas, actualmente nacionalizado dominicano, fue el descubridor de ese paraíso fiscal y escondite caribeño donde posee nada menos que cuatro sociedades offshore (Teivelpir RD, Veleta Sociedad, Vetapir y Grupo Tiseck). Él, sus testaferros y demás familia sabrán cómo es posible tanto y por qué.

Pues el albaceteño arribó a Toledo en 1983 con poco más que su mano izquierda de socialista delante y la derecha de la falange por detrás, y con bastante menos pelo del que luce ahora, tres décadas después. Pero la magia de nuestros impuestos ha obrado en este cristiano, tan practicante como no creyente, maravillas capilares a la vez que el milagro de los pisos y los bienes por la jeta con sus jotas.
Pero no es el único, pues según vamos sabiendo el PSOE tiene allí más sucursales que las cajas rurales de la España vaciada precisamente por ellos, con los dramas y quebrantos de las tramas que nos asolan y saquean compitiendo en el Monopoly dialéctico del “tú más que hoy pero menos que mañana”.

Pues según informaciones solventes son multitud los socialistas de esa cleptómana siniestra, que tienen domiciliadas sus fortunas de origen inconfesable en la dominicana guarida: González M., P. Blanco, Rodríguez Z., L. Rubiales y J. L. Ábalos, entre otros muchos enjalbegadores de capitales oscuros.

Ayer, al mismo tiempo que Santos C. acudía indecentemente al Congreso de los Diputados a por 20.000 pavos de indemnización por su cesantía, la Unidad Central Operativa (UCO) abordaba su sede, la de los corsarios, es decir, la del partido en el gobierno con patente de corso para delinquir bajo el pretexto y precepto de que mejor así, porque si no viene la oposición premiun a comerse a los niños crudos, tal como lo vienen expresando en comandita todos los de la banda. Y el lenguaraz Rufián les ha arengado apostillando que, “aprovechemos el tiempo que nos quede, que a esto le quede, pase lo que pase, para avanzar".
¿Hacia dónde? No me lo digas…
