TRES GOLPES, DOS RESPUESTAS

F. Garrido • 7 de abril de 2024

TRES GOLPES, DOS RESPUESTAS

“HISTORIA MAGISTRA VITAE EST”

(La Historia, maestra de la vida, Marco Tulio Cicerón, S. I a. C.)


© Fernando Garrido, 7, IV, 2024


¿Alguien podría informarnos de en qué consulta expresa, plebiscito o referendo popular y democrático se basó la proclamación de aquella II República española?

No se preocupen; es fácil, ya respondo: exactamente ninguna, no hubo consulta, ni resultado, ni expresión de la voluntad o mandato popular al que tanto se suele y gusta apelar.

Algunos dicen -porque así sucedió- que fue producto de las elecciones municipales. Pero, ni que decir tiene que en esa ocasión -como de costumbre- no se elegía otra cosa que a alcaldes y concejales, donde no obstante ni queriendo porque el riguroso cómputo general de sufragios arrojó después una mayoría de votos monárquicos o conservadores que, aunque sin INDRA ni el mago TZNS, se contabilizaron del revés, adrede mal y pronto, a fin de presentar lo inexistente que, en caso contrario, tampoco hubiese justificado en absoluto lo que técnicamente supuso un golpe al sistema civil-monárquico vigente.



A grueso trazo, se trató de una confabulación orquestada de una parte por unas élites ávidas de poder y riqueza, que vieron la oportunidad de medrar, y de otra las facciones revolucionarias, anarquistas, socialistas y marxistas, que entendían aquello como el paso previo y necesario hasta instaurar una dictadura: la del proletariado.

Es verdad también que hubo gentes de toda condición, intelectuales y políticos de buena fe que esperaban con ello la regeneración y modernización de una España atrasada y sumida en la melancolía; pero bien pronto se cayeron del guindo, viendo como el caos, el terror y la ley de la selva se apoderaba de una mal nacida y peor criada II República. Hablo por ejemplo de Unamuno, Ortega…



Así pues, el advenimiento republicano se produce con un golpe de estado burgués a la vez que de las izquierdas revolucionarias, para las cuales el republicanismo instrumental les conduciría a dar otro golpe subsiguiente para instaurar un régimen de corte soviético.

Ese golpe no se hizo esperar mucho; se dio en Asturias en 1934, pero, como la cosa aún no estaba madura, fue desarbolado por el ejército, y los responsables del evento condenados y encarcelados; obteniendo poco después una amnistía de parte de sus compinches en el gobierno, permitiéndoles que lo dieran una pensada para repetirlo mejor.



En ese camino de descomposición y violencia avanzaba a toda máquina la República cuando, ante la insostenible gravedad de lo que estaba sucediendo, un amplio grupo de militares se alzaron al grito de ¡Viva la República! para restablecer la ley, el orden y la convivencia que el gobierno frente populista de izquierdas, ya abiertamente revolucionario y pro soviético, había quebrado ampliamente. Pero ante ello, ese gobierno traidor a los principios democráticos y republicanos, decidió arrojar a los propios y ajenos a una guerra incivil como oportunidad definitiva para alcanzar su objetivo totalitario, inspirado, animado y apoyado por la URSS, que veía en España un óptimo satélite occidental en su carrera expansiva.



De esa manera el alzamiento militar se vio impelido, no ya a restablecer el orden republicano, de facto inexistente por cuanto la coalición en el poder no estaba dispuesta a enmendarse, sino a combatir al gobierno subversivo que llevaba a la República española hacia un régimen comunista, para lo cual habían de eliminar (lo estaban llevando a cabo) a toda oposición política, civil, intelectual o religiosa, contraria al objetivo último de adhesión de España al proyecto internacional socialista.

Hasta aquí he señalado tres golpes y dos respuestas militares.

Primer golpe: la madre del cordero, pues “España se acostó monárquica y se levantó republicana”. Proclamación de la República sin legitimidad plebiscitaria. De aquella macula inicial se siguen los problemas que conducen al segundo y tercer golpe.

Segundo golpe: Asturias, 1935. Desarticulado por el ejército, a cuyo mando está el general Franco.

Tercer golpe: deriva subversiva y criminal pro soviética de la coalición del Frente Popular desde 1935 en adelante.

La respuesta militar de 1936 que, como he apuntado, en un primer momento venía a restaurar el orden republicano al que servían, hubo de afrontar una guerra que, de perderla, hubiera significado la conversión de la república democrática en un régimen socialista o “dictadura popular”.



Como es sabido, el general Franco, que no fue el iniciador del alzamiento, tras una larga y dura contienda, obtuvo la victoria que -nos guste o no- bastó para legitimar un régimen autoritario que pretendió -en algunos aspectos con acierto y en otros menos- la regeneración moral, restaurar la paz y legalidad quebrada de una república auto destructiva y cainita a la que le sobraban más de la mitad de la población: aquella que se resistía a someterse a la esclavitud.



En fin, he tratado de resumir en cerca de mil económicas palabras lo esencial de aquellos sucesos históricos, que algunos no paran de intoxicar con la pacotilla que hoy se vende, al alto precio de verdad, como memoria histórica o democrática, acomodaticia e inventada, tal que literatura hallada en aquellos cartapacios puestos en almoneda por un morisco en el toledano alcaná.



Da igual. Ya nos han contado que Cervantes en realidad era catalán, también Cristóbal Colón y hasta Teresita del niño Jesús; que la tauromaquia expresada en el picasiano “Guernica” es un bombardeo alemán; que los encapuchados son hombres de paz, que los insurrectos, rebeldes y violentos convictos son bien intencionados merecedores de toda nuestra concordia, dineros, soberanía y amistad.



En cualquier caso, tomen nota y conclusiones; reflexionen y disfruten mientras nos dejen de esa Historia de veras, que puede ser muestra y maestra para la vida presente.



P.D.: Dedicado a aquellas personas con hipnosis mediática y pereza intelectual que, ingratas, piensan que el esfuerzo por salir de la caracola para conocer y divulgar la verdad es un gratuito, estéril y banal ejercicio improductivo de frívolos punks e impenitentes bohemios que leen por leer de café en café, y que de natural escriben su prosa acerca del mundo en su incomoda realidad, por no hacer otra cosa de mayor provecho.


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