Y CIENTO VOLANDO

F. Garrido • 15 de septiembre de 2024

Y CIENTO VOLANDO


© Fernando Garrido, 15, IX, 2024


A decir verdad, tenía pendiente hace tiempo hacer elogio a la bicicleta, ese instrumento sencillo que viniendo del pasado es y será nuestro involutivo futuro.

Un artefacto que fue objeto de deseo para los niños del pasado siglo y leitmotiv para los célebres Zipi y Zape, antihéroes infantiles del cómic.

Sí, aunque la rueda al parecer se inventó hace al menos 5.000 años en Mesopotamia no fue hasta antes de ayer, a principios del XIX, cuando apareció el primer ejemplar rudimentario y sin pedales al que llamaron “draisiana”, en honor a su creador Drais von Sauerbronn.

Desde entonces hasta hoy, nada como esta nueva edad de oro gracias al marido de Begoña, que detraerá 40 millones de euros del exhausto contribuyente para llenar el planeta urbano de bicicletas (la ciclosfera).

Pero nadie se haga ilusiones, porque viniendo de don Begoñez posiblemente suceda como a los célebres gemelos de tebeo, siempre reuniendo vales de piezas de bicicleta (un manillar, un sillín, una rueda…) que les extendía, engañándolos, su padre, don Pantuflo, a cambio de buenas notas y comportamiento, pero nunca conseguían completar la bici a pesar de sus buenas intenciones.



Y en verdad que para muchos, como para los Zipi y Zape, la bici es un medio imposible, restringido y restrictivo.

En primer lugar, se necesita disponer de alrededor de mil euros para adquirir una medianamente decente, tener espacio en casa, garaje o trastero para guardarla porque, ¿quién en la calle asegura hoy su destino?

Pero, además, es un vehículo no para cualquier circunstancia ni edad. Se ha de estar en forma; una indumentaria adecuada, poseer capacidad para subir y mantenerse sobre dos ruedas, pedalear, soportar las inclemencias, la lluvia, la nieve, el frio… Y, aunque ni se diga ni comente, la bicicleta es un medio peligroso. Su débil carrocería –inexistente- es el usuario u ocupante, sus carnes y sus huesos.



Es más, ¿tienen todas las ciudades las condiciones climáticas u orográficas adecuadas para que el ciclista no sufra un infarto escalando cuestas a cuarenta grados y sudando la gota tropical, o bajándolas bajo cero patinando sobre hielo sin tocar los frenos, porque en esas circunstancias de nada sirven?

Y dígannos, ¿cómo llevar la compra a casa en su “amplio” maletero? O recoger a los niños y sus abultadas mochilas.



Otra realidad silenciada es que en muchas de nuestras ciudades el carril bici está reduciendo las aceras al peatón, hurtándole miles de metros cuadrados para crear viales e infraestructuras a costa de esa abrumadora mayoría que no va ni irá nunca en bicicleta, porque no puede o no quiere.

Así que, por mucho que torturen los datos estadísticos, estamos hablando de una élite ciclista urbanita que, aunque transversal, es muy minoritaria en comparación con el resto de opciones para la movilidad o esparcimiento ciudadano.



Y ya que estamos en aquello de favorecer a las minorías, qué tal si empezásemos a pensar en implementar un carril ecuestre para ir trotando a lomos de Babiecas. O tal vez subidos en la grupa de mulas o borricos como el que hoy ostenta cargo gubernamental en transportes y “movilidad sostenible”, sobre el que se cagan cada día, con toda la razón, miles de usuarios a los que el tal jumento ministerial les hace la vida y los desplazamientos imposibles.

Ya se sabe, a caballo regalao, ciento volando.



Dedico este artículo, con mi más sincero afecto, a su inspirador, compañero, lector y amigo, Ricardo Ortega, plusmarquista en atletismo y doctor en medicina.

 

Por F. Garrido 16 de noviembre de 2025
LAS PUERTAS DE BURGOS
Por F. Garrido 15 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 15, XI, 2025 No habíase visto en Burgos tan inquebrantable, ventosa ni unánime exaltación en mucho tiempo. No obstante, hasta ayer, todos mudos como puertas, pero hoy de ellas se hacen lenguas, y claman la virtud de necesidad de ya verlas puestas. Adivina adivinanza ¿qué es?, ¿de qué se trata ?
Por F. Garrido 13 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 13, XI, 2025 Ganar el relato es lo que importa, el tamaño ya no tanto si se trata de vencer la apatía o la modorra del otro mediante una narración, un cuento, fábula o chiste como ejercicio pedagógico para, por ejemplo, explicar la historia u ofrecer un consejo moral. Nada que objetar si en ello preside la buena fe y el ánimo de esgrimir verdad. Pero lamentablemente este no sea el caso y motivación de ese “ganar el relato” persistente que ahora tanto ocupa y preocupa a la peor clase política habida en el poder, cuyos cuentos son muy otros, muy falsos, delictivos y violentos. Leire, ¿dónde estás?
Por F. Garrido 12 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 12, XI, 2025 Vivir visceral e ideológicamente de la vivienda es una fórmula más entre las falaces estrategias de quienes crean problemas para arrojárselos en facha a los espectros que inventan, justificando así su violencia multidisciplinar contra la libertad.
Por F. Garrido 9 de noviembre de 2025
Un relato de Fernando Garrido © Fernando Garrido, 2025 Érase aquel un metro cuadrado cuya foto ni precio figuran en Idealista, porque no se anuncia ni está en venta, tampoco en arriendo o alquiler. Es un metro cuadrado público, uno de tantos dibujado en damero de losas y adoquines, no muy distinto a los miles que existen en la ciudad, intercambiables por cualquiera otro, en casi nada diferente en su vulgar apariencia tosca o pulida, conformando un simple y llano metro cuadrado peatonal que nadie mide, perimetra ni precisa escuadrar. Se deambula inconscientemente sobre él, dejándolo atrás con una, dos o tres zancadas que transcurren en apenas un instante vacío sin pena, gloria ni sobresalto, y el metro permanece ahí, inánime, pasivo, inmóvil, recluido en su cuadrícula mineral, enlucida, rugosa o berroqueña, aguardando que el próximo transeúnte lo pise y, sin sentir, lo sobrepase embargado en sus ocios y negocios, o en nada, abstraído el pensamiento entre las espesas nieblas de la conciencia.
Por F. Garrido 3 de noviembre de 2025
© Fernando Garrido, 3, XI, 2025 Cuando una institución local se emplea en lo que no le corresponde, lo normal es que aquello no acabe bien y seamos otros los que nos traguemos el desaguisado.
Por F. Garrido 1 de noviembre de 2025
©Fernando Garrido, 1, XI, 2025 Lo del Instituto Cervantes es cosa seria y virtualmente criminal. A manos de Luis García Montero, poeta menor, achaflanado, imprudente, presuntuoso y redomado comunista, no podía acabar siendo otra cosa que una checa infame, guerra civilista y nigrolegendaria al servicio de la destrucción de todo lo que debiera sin embargo representar.
Por F. Garrido 30 de octubre de 2025
Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo 
Por F. Garrido 27 de octubre de 2025
 Puede escuchar este artículo haciendo clic abajo
Por F. Garrido 26 de octubre de 2025
CAFÉ PARNASO Relato epistolar
Más entradas