ROMEOS Y JULIETAS
© Fernando Garrido, 10, X, 2022
La inquisición totalitaria del progretariado ha encontrado esta pasada semana, un nuevo asunto para verter toda su bilis sobre una tradición entre jóvenes estudiantes, residentes en los colegios mayores, Elías Ahúja (masculino) y Santa Mónica (femenino), en Madrid.
El revuelo ha sido fabricado por los medios de manipulación y propaganda para crear un caso de “violencia machista” inexistente pero útil a los corifeos políticos, antisistema y fasci-feministas. Y por su parte, el intolerante “Movimiento contra la Intolerancia” ha denunciado este “érase una vez…” a la fiscalía por la supuesta comisión de delito de odio.
Visto el video de lo acontecido y escuchadas las declaraciones -sobre todo de las chicas-, es evidente -salvo para las mentes intoxicadas de fanatismo ideológico- que se trata de un asunto de antropología y no de fiscalía.
Nos guste más o escandalicen a alguno sus formas, es un ceremonial coral donde nada tiene significado ni valor literal, sino simbólico, porque responde a un ritual de paso o iniciación de puro manual antropológico.
Se trata sin más de un rito iniciático relacionado con la transición de la casa familiar a un colegio mayor; pero además existen otros trasuntos significativos incorporados como el paso de una edad (de dependencia, adolescencia, juventud…) a otra (independencia…), de lo cual también se desprende, en este caso, un ritual -siempre simbólico- de cortejo y apareamiento entre sexos opuestos.
En este, como en todo ceremonial iniciático, está presente “la prueba” que el aspirante ha de superar acompañado de la comunidad, en este caso la estudiantil, que de manera colectiva realiza ese paso con un despliegue teatral y espectacular, donde, desde la oscuridad se hace la luz (eléctrica) y la apertura (persianas y ventanas) a esa nueva situación, verbalizando determinadas fórmulas -también simbólicas, no literales- de presentación de credenciales al oponente (masculino/femenino) al que se invita a dar el paso voluntario para el inicio de relaciones amorosas o sexuales.
Esto es lo que hay e più niente ragazzi.
Pero el club Savonarola del neo puritanismo confesional del “Estado de la Pobreza Moral y Económica” ha encontrado, en esos centenares de estudiantes, los y las herejes a quienes someter al acostumbrado auto de fe para expulsar, de ellos y de la sociedad, a los demonios de la execrable naturaleza humana del varón.
Para ello, con un burka roscado en la sesera, se esfuerzan cada día en mal interpretar y condenar los roles masculinos como machismo violento y delictivo; al tiempo que recriminan a aquella mujer –pero sólo la cristiana u occidental- que no encuentra en la masculinidad perversión sino actitudes naturales (sicosomaticas) y culturales (éticas) que precisamente dan sentido a las relaciones sociales y de pareja varón/fémina. Apostillando, para más escarnio, que esa mujer colaboracionista machista, comete pecado involuntario porque es una tontaina sometida a la atávica perversión del heteropatriarcado.
Es lo que hay.
Mucha de la legislación que se está vomitando actualmente va dirigida a destruir y condenar la masculinidad y a partir de ahí -como no puede ser de otro modo- a la feminidad, por ser un par que se complementa en una serie de oposiciones necesarias y esenciales, donde eliminado los factores diferenciadores que pretende el ultra feminismo, el resultado no puede ser sino la reducción de lo diferente a una misma cosa.
Cual sea esa cosa genérica no sabemos aún pero sí la contradicción infinita de quienes hablan hasta aburrir de su amor a la diversidad o al diferente; pues, el hombre y la mujer, en su antropología totalitaria y subvencionada, no lo son.
Desde estos renglones heterodoxos, felicito por diferentes a los Romeos y Julietas residentes del CMU Elías Ahúja y del Santa Mónica, y también por su espectacular creatividad -casi cinematográfica, casi “West Side Story”- de ese su rito estudiantil tradicional, al que por desgracia el fascismo de la cancelación ha condenado y seguramente prohibido para cursos venideros.